Guerrero, México. La experiencia de una Brigada Médica





La Asamblea
17 de Junio 2025
En la Montana de Guerrero coexisten Universos paralelos, contradictorios y hasta antagónicos.

Por una parte ha habido ejemplos de pundonor y audacia Revolucionaria, como han sido los Levantamientos Armados de Lucio Cabañas, de Genaro Vázquez Rojas, del Ejército Popular Revolucionario, del ERPI, movimientos dignos, asistidos por la razón toda vez que se rebelaron
contra el abandono y la miseria de los Pueblos Originarios, invisibles al Gobierno Federal, como una continuación de la Política Virreinal y del Porfiriato que consideraban a los Indígenas como
animales de carga y no como seres humanos.

Cuna de Héroes de la Independencia de México y cuna de las Policías Comunitarias, estructuras de Poder
Popular que surgieron en respuesta a la criminalidad Narca. Las Policías Comunitarias del Estado de Guerrero han tenido una evolución desastrosa, lamentable pues, hay algunas que se han aliado
a los Narcos: solo así se explica la Pandemia de adicciones que se padece en la Montaña de Guerrero.

Hace años, nosotros organizamos una pequeña brigada Médica. Subimos a algunas comunidades
para atender a la gente. El panorama sanitario que encontramos era infrahumano: niños deambulando
descalzos, desnutridos, Jadeando por el Asma. Mujeres con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica
por inhalar humo de leña, personas con Esquizofrenia encerradas en sus casuchas, confinadas para no
avergonzar a sus familias, y ante todo: una violencia brutal!

Durante una jornada de Salud, comenzamos a desparasitar a los habitantes de un caserío, de pronto
un hombre empezó a gritar: “estos (nosotros) los vienen a envenenar! no se tomen esa porquería!”

Reprendimos con argumentos a ese hombre que finalmente se retiró. Nos quedamos expectantes, no
sabíamos si nos iban a golpear o a echarnos de la comunidad. No pasó nada. Proseguimos con nuestra
labor. Encontramos personas con hipertensión, desdentadas, desnutridas, hablándonos en lengua 
Na’Savi.

Nos desplazamos a otra Comunidad y de pronto: se detonó otra bronca. Topamos con un retén de
Policías Comunitarios. A mentadas de madre le reclamaron a nuestros guías el habernos traído 
a su Territorio sin su consentimiento. Entendimos que cada Comunidad tiene su Policía Comunitaria,
y que entre ellos hay rivalidades ancestrales.

A culatazos bajaron de la camioneta a personas que nos habían pedido un”aventón”. 
Y luego nos bajaron a nosotros. Era de madrugada. Armados con fusiles nos rodearon en círculo.
Hablaban en lengua: Mixteco o Na’ Savi, la Montaña de Guerrero es un Crisol de lenguas.

Creímos que nos iban a detener, o a fusilar. Pasamos horas de pie en medio de la madrugada.
Al cabo de unas horas llegó un Comandante de la Policía Comunitaria de otra Comunidad.
Abogó por nosotros, discutieron con una crecida violencia verbal. No sabemos si se amenazaron,
si se echaron en cara antiguos agravios o si se encañonaron con sus armas.

El caso es que nos soltaron. Manejamos nuestra camioneta hasta Ayutla. Rentamos un cuarto de
Hotel para esperar que amaneciera. No pudimos dormir. 

Hicimos un balance de los acontecimientos y concluimos que Las Policías Comunitarias del Estado
de Guerrero, están atomizadas, divididas por rivalidades añejas, algunas: corrompidas por el Narco.
Habíamos idealizado estas Organizaciones surgidas de los Pueblos Originarios.

Actualmente observamos con pena, con tristeza que a los Pueblos Originarios de Guerrero no hay
manera de ayudarlos. La violencia es endógena, endémica. Una violencia irracional, absurda.

Nosotros habíamos soñado con irnos a vivir con ellos para fundar una clínica y formar enfermeras,
paramédicos.  No fué posible








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