México. Por pensiones precarias, 8 de cada 10 ancianos aún trabajan
En México, ocho de cada 10 de 62 a 67 años deciden seguir trabajando, aun estando en edad de retirarse, y se estima que sólo 29 por ciento de la población de 65 años o más cuenta con una pensión.
Ante la ausencia de pensiones dignas y pese a la edad, se ven en la necesidad de seguir trabajando
, señala la investigación Transiciones laborales de las personas mayores en México
, publicada en la Revista mexicana de sociologíade la UNAM.
El estudio analiza datos de dos trimestres de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y afirma que una parte decide seguir trabajando porque opta por un envejecimiento activo, pero la mayoría se ve obligada a seguir laborando porque la pensión de jubilados no les alcanzaría para satisfacer sus necesidades básicas.
Otro grupo decide jubilarse, pero busca otro empleo de tiempo completo o parcial para complementar sus gastos, pues su pensión es menor a lo que percibían cuando estaban activos.
Al dejar de trabajar y jubilarse, generalmente enfrentan dificultades financieras, por falta de acceso a las pensiones o por los bajos montos de esta prestación laboral
, advierte el análisis de las investigadoras Flor Brown Grossman (Universidad Autónoma de Querétaro) e Isalia Nava Bolaños (Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM).
En México, no toda la población en edades avanzadas cuenta con una pensión, y en la mayoría de los casos ésta no cubre las necesidades básicas. Por tanto, regresar o permanecer en el trabajo es una manera de garantizar la subsistencia
.
Agrega: el limitado monto de las pensiones y el aumento en el costo de la vida impiden que estos ingresos sean suficientes para solventar los gastos, en particular los relacionados con la salud
.
Las personas mayores deciden regresar al trabajo, ya sea de tiempo completo o parcial, a pesar de los bajos salarios, debido a la ausencia de prestaciones.
Asimismo, la situación conyugal también influye en la decisión de participar en el mercado laboral. Los hombres casados o unidos suelen asumir la responsabilidad económica del hogar, por lo que tienen una mayor probabilidad de continuar trabajando, pero gran parte de las mujeres se insertan o permanecen en el trabajo cuando carecen de pareja, por viudez o separación.
Otro aspecto que determina seguir trabajando es el nivel académico, pues las personas con educación superior presentan menor probabilidad de dejar el empleo de tiempo completo y es posible que les resulte más fácil incorporarse a la fuerza laboral después de la jubilación. No obstante, en la población en edad avanzada persisten segmentos con bajos niveles de escolaridad que les impiden mantener un trabajo o integrarse a uno con condiciones no precarias.
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