México: ENTREVISTA AL EJÉRCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO INSURGENTE




CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS ARMADOS 
Maribel Gutiérrez | EL SUR
Para los lectores de El Sur su organización es conocida, por hechos en los que ha participado, pero creo que sería bueno comenzar una entrevista, a nivel nacional , con preguntas como qué es el ERPI, en términos generales y brevemente, dónde está, qué hace, qué propone, alguna manera de saber las características y dimensiones de su fuerza, y qué la distingue de otras organizaciones armadas .

 El ERPI llama a la gente a luchar por qué objetivos, de qué manera, en dónde, para qué, con qué, y a quién aglutina. Qué condiciones hay en el país para que se desarrolle una organización como ésta.

El Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente es una organización político militar que ha dado origen las luchas en todas sus expresiones del movimiento popular a lo largo de las últimas décadas. 

Hemos buscado sistematizar poco a poco su pensamiento y acción y con base en ello y un estudio de la historia de luchas sociales en nuestro país, definimos una estrategia de construcción del poder popular desde ahora y desde bajo y hasta sus últimas consecuencias para que el pueblo rompa con el régimen del capital financiero y transnacionales que domina la vida de México.

Estamos trabajando en el territorio nacional ocupando un lugar modesto al lado de las luchas de todos los sectores del aún vivo pero muy fragmentado proletariado mexicano. Convivimos y aprendemos de mujeres y hombres que hacen del trabajo su forma honesta de vida, y aunque parezcan sumidos en la sobrevivencia levantan una u otra vez la frente y luchan cuando aprenden a organizarse y a criticar lo que hicieron en luchas pasadas. Desde 1992 la tensión en las fuerzas que han puesto en México y en el continente las luchas de los pueblos originarios de diversas etnias, los levantamientos de pobres indígenas y mestizos, de desempleados y desposeídos urbanos y de jóvenes “sin futuro digno” bajo el capitalismo, nos han dado la confianza de que un poder popular propio, se construye desde bajo con muchas dificul- tades, pero con gran creatividad, audacia, constancia e inteligencia. 

Ellos no sólo son como antes se decía en estrategias los sectores detonantes de las luchas episódicas de nuestro pueblo, son también y cada vez más grupos, colectivos, organizaciones sociales, comunidades y pueblos que pueden y de hecho dan el paso de la lucha social por demandas a la lucha social y política contra el régimen, y algunos forzados por la violencia del régimen además pasan a forjar fuerzas insurgentes del pueblo, no siempre de organizaciones político militares rebeldes y revolucionarias, pero sí bases de acción de autodefensa populares. 

Entre ellos trabajamos y construimos nuestra organización en el silencio frente a los medios de información de los poderosos y de sus organismos. Reconocemos que somos muchos menos que el gran caudal de población descontenta pero desorganizada o sumida en organizaciones conducidas y gobernadas desde arriba y por otros ajenos a su base. Pero de entre tantos descontentos, las luchas que se sostienen, atraen en más lugares a nuevos integrantes y grupos del pueblo organizado que nosotros llamamos insurgente, pues no sólo resiste sino que se rebela y define su destino.

Actualmente nuestra acción se guía como de una lucha por la ruptura popular del régimen existente, al que caracterizamos como un régimen, un sistema de redes de poder bajo la hegemonía del capital financiero y de monopolios multinacionales, con una mafia de narco gobernantes y de otros poderes fácticos (los medios, la iglesia, entre los principales) y con un sistema de partidos sometidos a una cultura de co- rrupción, simulación y burla de su propio estado de derecho.

A ese régimen lo enfrenta un lento, pero sostenido proceso de construcción de un bloque de fuerzas populares con una base social de amplio descontento, pero desorganizada , ganada por lo inmediato y muy incrédula de las fórmulas tradicionales de política. 

Mucha de esa gente honesta esta aún está esperanzada en mitos legendarios reproducidos por partidos, líderes e intelectuales rutinarios, tales como lo indican las frases cotidianas: “se necesita un líder”, “con otra presidencia se pueden hacer cambios”, “hay que evitar la violencia” y “ya llegara el centenario y bicentenario como una oportunidad más para, ahora sí, un levantamiento popular”.

La parte de verdad de esos mitos se nubla cuando se lleva al pueblo a un papel de meros convocados, cuando se impide su participación activa e igualitaria en las opiniones , las propuestas y mucho más en las tomas de decisiones. 

Nosotros como muchos más ya no queremos ver en el pueblo a una “masa” o simple “base” de los ilu- minados, sino como la fuerza que decide, mueve y cambia las cosas de raíz. Esa es parte central de nuestro empeño por organizarnos y contribuir a fortalecer al pueblo organizado e insurgente como protagonista central de nuestra historia.
Todo ello ocurre en un contexto de crisis económica mundial y local que repercute ya en el ánimo, la conciencia y la organización del pueblo pobre y en sus organizaciones gremiales, pues la manipulación ideológica y la ola de despidos y deudas genera por una parte miedo, conformismo, pero por otro un descontento que encausa el poder hacia la delincuencia o hacia la desesperación.

En este periodo, estos acontecimientos sirven al poder como el motivo que “justifica” la represión, la contrainsurgencia y la aplicación de medidas que coartan los de- rechos individuales y colectivos e impulsan medidas como las de la tolerancia cero en las ciudades dirigida contra pobres y especialmente jóvenes pobres, así como la militarización del país. El cuadro de fuerzas no es sencillo, en los campos y espacios de la legalidad la restricción principal es la impunidad del poder del Estado, en muchas regiones es la impunidad de la violencia contra la sociedad como una serie de crímenes organizados desde el Estado.

Nuestra estrategia de poder popular, viene recuperando, tanto los aportes actuales y pasados de quienes no creen que el poder simplemente se toma y se cambia de gobierno o de poderes institucionales y ya con eso piensan que se tiene garantizado el construir una sociedad distinta. Si consideramos que el poder lo fundan y representan las capacidades, fuerzas y potencialidades, de personas, colectivos, comunidades, clases, en una sociedad históricamente determinada, en última instancia, por las relaciones sociales de producción, entonces, está claro que comprendemos por qué queremos construir poder popular a la vez, a nivel social amplio y a nivel micro, y con él cambiamos no solo el desequilibrio de poderes, cuestión que les interesa a algunos que no plantean cambios de fondo sino de forma, sino el destino dado a nuestras capacidades, fuerzas, potencialidades: la liberación social y nacional, la lucha popular por una vida digna y justa.

La construcción de poder propio se asume, desde esta perspectiva, como parte del necesario proceso de análisis crítico y combate a la ideología y las culturas dominantes y de dominación, que es, simultáneamente, un proceso de construcción de nuevas formas de saberes populares, de capacidades organizativas y de decisión y gobierno de lo que nos es propio en el pueblo.

Son nuevas formas que constituyen modos de construir el poder autónomo de pueblos y comunidades o como otras personas dicen de empoderamiento local- territoriales, bases de la creación y creciente acumulación de un nuevo tipo de poder participativo-consciente –no enajenado– desde abajo, de desarrollo de las conciencias , de las culturas sumergidas y oprimidas, con múltiples y entrelazadas maneras, que toman el camino de la transformación global de la sociedad.

Esto supone construir desde abajo y en la lucha, la nueva conducción, política, ideológica y cultural de la nueva sociedad que se desea, simultáneamente que se le va diseñando y construyendo (a la nueva conducción popular y a la nueva sociedad) desde ahora, en cada espacio. Postergar la lucha por la superación de la enajenación humana y el inicio de los cambios necesarios para lograrla sólo después de la toma del poder, oscurece y aleja la posibilidad de liberación en vez de contribuir a ella.

 Formamos parte de quienes buscan en el mundo y en México un cambio radical en la lógica de las luchas sociales, en la construcción de la conciencia política, de la organización, del poder propio de los que ahora somos oprimidos y, también, respecto al sujeto social y político de las transformaciones de fondo. No pedimos sólo una constitución nueva para dejar de luchar sino un poder constituyente que lucha incansablemente por hacer realidad los sueños y las esperanzas de nuestros abuelos y de las nuevas generaciones.
Escuchamos, estudiamos, ensayamos, ponemos a debate, posiblemente todavía no con toda la fuerza que quisiéramos una nueva estrategia de transformación social, de poder, de liberación, estrategia que –para diferenciar de la que apostaba todo a la toma del poder- hemos llamado de construcción de poder desde abajo y desde ahora .

Pero también subrayamos que se trata de una construcción del poder popular hasta sus últimas consecuencias. Esto es que no se trata sólo de empoderarse y desprenderse como si fuera posible crear una isla separada del poder global del capitalismo, que se manifiesta en las grandes relaciones sociales y en las cotidianas y pequeñas, incluso en las interpersonales. La orientación anticapitalista que otros revoluciona- rios del mundo definen como perspectiva socialista de la lucha, es a la vez, un planteamiento actual en el desde ahora de la construcción del poder popular y una propuesta futura como proyecto de nueva sociedad sin explotación, opresión ni discriminación .

Esto tiene que ver con que no basta decir o pensar que “gradualmente”, primero desde lo local o desde el espacio pequeño y “luego” en los amplios espacios sociales se construye el poder, también se tiene que ver cómo se lucha contra el poder establecido en lo macro y en lo micro, con todas las formas de lucha, económicas, sociales, culturales, políticas e incluso bajo formas generales de guerra popular o insu- rrección para derrotar y destruir a la maquinaria político militar del estado actual y de su sector hegemónico (la oligarquía financiera).

Incluso estamos mirando en América Latina y en México que de esos procesos sur- gen formas diferentes de convivencia entre comunidades y naturaleza, de nuevas relaciones sociales con participación igualitaria de hombres y mujeres y un mayor respeto y relación entre saberes originarios, de comunidades de trabajo y conocimientos científicos y técnicos. 

Aunque muchos han desvalorizado los aportes de la Otra campaña, nosotros recogemos lo que nos mostró la primera fase del recorrido de sus delegados, las voces y los esfuerzos de multitud de movimientos y organizaciones que se tejen y se viven desde abajo y a la izquierda, con un gran deseo anticapitalista y antipatriarcal. 

Aunque reconocemos también que aún no se han hallado las formas de articular esas luchas a nivel nacional, con base en una unidad de contenidos diversos y de ritmos a la atura de sus fuerzas reales y en potencia; pero en lo regional sí hay ensayos enriquecedores de unidad, principalmente donde hay pueblo organizado.

El camino de la construcción de poder desde abajo constituye una mirada integral radical del proceso de transformación social, que solo puede ser tal si es –a la vez y en todas sus dimensiones–, un proceso de apropiación del mismo por parte de cada uno de los actores sociales que lo protagoniza pueblos, comunidades, organizaciones sociales, grupos de mujeres, jóvenes, jubilados y etcéteras. Nosotros somos parte de ellos, sólo vamos a su lado y nuestra militancia participa en la lucha político social y político- militar que la población asume como necesaria.

Encontramos una manera sencilla de expresar estas ideas para el pueblo en una respuesta de Jacobo Silva Nogales a un periodista de Milenio Diario: “El ERPI es una organización que lucha por una transformación democrática de la sociedad, entendida la democracia no únicamente como la alternancia en el poder, sino fundamentalmente como la participación de la población en la toma de decisiones que le afectan; pugna también por reducir la brecha entre los que más tienen y los desposeídos y por romper la subordinación extrema en que la economía del país se encuentra respecto de la economía norteamericana. 
Esos son los planteamientos básicos de manera que tienen cabida las personas de las más diversas y hasta contradictorias ideologías, si es que coinciden en esos objetivos, pues no se trata de una corriente filosófica o ideológica , sino de una organización política plural.”

1. En esta época de campañas políticas surgió la posición de anular el voto. ¿Cuál es la posición de ustedes sobre esta nueva propuesta?, sobre el origen y el significado, y algunos personajes que la impulsan, ¿creen que puede servir de algo?

Nuestra posición en este periodo de la lucha considera que la lucha por la construc- ción desde abajo del poder popular no pasa por elecciones que legitimen al sistema de partidos y al régimen político de la impunidad de los financieros todopoderosos y de las mafias narco gobernantes. La población con la que convivimos desconfía cada vez más de ese sistema político, más allá de que no le encuentra sentido, como lo muestran las cifras a las elecciones intermedias en cada sexenio y se abstiene de votar. 

Ahora han surgido expresiones de una mixtura de voces e intereses en la campaña por anular el voto, desde quienes panistas, priístas o perredistas plantean el voto en blanco dolidos de que fueron eliminados de las listas de candidatos que manejan las burocracias, las de intelectuales democráticos que no hayan en los candidatos y partidos del menú partidario nada elegible y sí la santificación de los partidos como los únicos con derecho a conducir por sus canales la expresión política de los mexi- canos y que quieren que se anule de diversas maneras las boletas, pero que se acuda a las urnas, pues le temen a que la abstención sea otra vez calificada sólo como apatía política. 

Pero hay también sectores que quieren poner consignas populares y nombres de luchadores sociales, de presos y desaparecidos en las boletas para hacer sentir la presencia de la protesta. Si bien nada del actual sistema electoral permite saber más que a la persona que los haya escrito, con qué demandas o reclamos han sido llenas sus votos de protesta. 

Nosotros pensamos que está demostrado que a pesar de la desconfianza mayoritaria en los partidos y políticos, la protesta popular y las alternativas de lucha política están ahora en otro sitio: en comunidades, pueblos, calles, centros de trabajo, estudio y vivienda. Ahí se hace una política social de ruptura con el régimen cuando ahí no valen, ni mucho menos mandan no solo los partidos, sino los gobernantes o las instituciones del poder. 

No hay en el corto plazo una fuerza nacional que plantee en las votaciones una sola consigna a generalizar y medir, pero sí hay una acción que no debe dejarse nunca de hacer más allá de las coyunturas, tomar en nuestras manos la dirección de comunidades, territorios, asam- bleas, organizaciones y elegir a nuestras direcciones con capacidad de revocarlas, rotarlas, y valorarlas por la fuerza que les ordenó mandar obedeciendo.

Si votar en blanco y anular el voto sirve ahora al poder decadente de un Calderón o a la reposición del voto corporativo de partidos como el PRI, se debe a que no hay construida una fuerza de origen popular que aproveche esa protesta, no para crear un partido más, sino para construir o defender el poder desde abajo que poco a poco existe en comunidades, barrios y organizaciones.

Por cierto que andaríamos muy mal si olvidamos que un sector de los mismos que llamaron al voto útil para dárselo a Vicente Fox con el fin de sacar al PRI de Los Pinos, ahora llame al voto en blanco o alguna modalidad de anulación del voto, además de otro sector de esa misma gente que conservó sus cargos en el gobierno o por lo menos una candidatura en los partidos del sistema. En ambos casos vemos el juego del trapecista político y del conformista: “de lo perdido lo que aparezca”.

2. Cuál es la posición de su organización sobre las elecciones, y en particular ¿es útil la participación electoral para buscar un cambio?, antes su organización consideraba válidas todas las formas de lucha del pueblo. 

Pero en este momento, qué importancia creen ustedes que tienen las elecciones.
Es cierto que en el surgimiento de nuestra organización con base en una estrategia que respeta todas las luchas que el pueblo organizado emprenda, el que algunos compañeros consideraban válida la participación electoral del pueblo, principalmente en los municipios, para afianzar procesos de construcción política y social de organizaciones o para defender a compañeros. 

Rápido se entendió por la mayoría de las bases en esos municipios y organizaciones que el poder del Estado no respeta fueros y así asesinó o encarceló a luchadores sociales como le ocurrió a centenas que habían sido militantes del PRD, por ejemplo. 

También se comprendió que el poder popular se defiende integralmente con todas las formas de lucha y en lo electoral una, era no dejar que pasaran a cargos del poder o que se boicoteara a fuerzas caci- quiles, corruptas o represivas, pero la principal enseñanza es que para eso no se ne- cesitaba ir a las urnas, sino denunciar a los enemigos del pueblo, construir organizaciones que se valieran y gobernaran por ellas mismas y exigir a los que quedarán aunque no se hubiera vitado por ellos atención a sus reclamos.

A nivel nacional hemos sido claros: no existe con el actual sistema de partidos de Estado una opción para llamar a elegir gobernantes honestos de extracción honesta y popular. El menú está hecho por los poderosos que bendicen o satanizan a los candidatos, les prestan enormes recursos para cobrárselos con cuotas de poder. 

No, ese no es el camino: es hora de combatir con ideas y ejemplos claros el fetichismo de que un gobernante, un partido, o un líder resuelve las necesidades del pueblo, por el contrario sólo el pueblo organizado en su tiempo y forma decidirá quienes deben gobernar y lo principal cómo y para quien. Lo único que apreciamos en las últimas décadas es que nos falta trabajar más y mejor entre quienes aprenden en los fracasos de las luchas electorales que la salida es que el pueblo tenga el poder en sus manos desde abajo y hasta las ultimas consecuencias. 

La crisis de ese sistema político puede llegar sin duda acelerada por la crisis de sus partidos, de los políticos y funcionarios que no funcionan más que para el robo y la opresión, pero si no lo- gramos una fuerza popular con poder desde abajo, estas crisis llevarán a reacomodos del régimen para obtener más de lo mismo: compromisos en las alturas con el capital y contención represiva o ideológica a los movimientos sociales de los excluidos.

3. En qué punto está el movimiento por la democracia que se expresó en el PRD, algunos opinan que hasta aquí llegó, que va a desaparecer.

 ¿Qué futuro tiene la izquierda (electoral) en México?
Con respeto, a las bases de los partidos que se dicen de izquierda, aunque cada vez sus direcciones y lideres los centran como fuerzas del estado, nosotros no encontramos que ahí haya un futuro a mediano plazo que anime la lucha del pueblo, ni que lo fortalece, pues no rompen con nada de su política tradicional de plegarse a las reglas del poder, de tener métodos y estilos de dirección y de quehacer político que desprecian e incluso contienen y reprimen la autoorganización del pueblo.

 Han abandonado la formación teórico político, se entregan a prácticas corruptas, hacen como que se oponen, pero siempre acuerdan respetar la imposición de planes pro- empresariales de salvamento de las empresas, no del empleo y menos de los salarios. En el más corto plazo su futuro está a la vista, no tendrán la confianza de miles y miles de sus anteriores electores y simpatizantes. Sólo un poderoso proceso de auto- crítica y radical dejaría a algunas de sus corrientes asumir el latir del corazón mismo del pueblo que se organiza desde abajo. 

Ahora no, ahora han preferido callar ante los Zeferinos, las Amalias, los Sabines, los Godoy y los Ebrard; ni el propio Andrés Manuel que tantas batallas ha perdido ante los chuchos se deslinda realmente de ellos (Cuauhtemizando el proceso como se lo hicimos sospechosamente saber en el 2006). Quieren el aparato y el presupuesto, no quieren de hecho, no escuchan el reclamo de las bases que dígase lo que se diga cada vez son menos bases y sus mejores mujeres y hombres han pasado a organizarse por su cuenta.

 ¿Que vemos como futuro inmediato de la izquierda electoral? Pues ni mas ni menos que rupturas y re- acomodos como se han venido dando, de amarillos a rojos y viceversa y algunos hasta anaranjados todo será la misma gata..., pero bien revolcada pues.

4. Y las organizaciones de La Otra Campaña. Parece que algunas, como Atenco, han tenido que concentrarse en la defensa de la represión.


Consideramos que la Otra campaña vino a cumplir para México el papel de encuentro, reconocimiento y respeto mutuo para buscar articular las luchas sociales que proceden desde abajo, sin clientelismos ante el estado o los partidos del sistema dominante. En su recorrido los delegados conocieron, escucharon y distinguieron más allá del discurso, la práctica y los esfuerzos de grupos organizados del pueblo pobre, expresiones de diversidad cultural y de enorme creatividad para hacer una política distinta, propia, no enajenada a los fetiches políticos en turno.

Una gran batalla en México y en el mundo están siendo los combates, ahora en su mayoría de resistencia activa contra los megaproyectos del capital financiero y transnacional: sea en Atenco contra la construcción del aeropuerto o en La Parota contra la construcción de la Represa, ahí como en cientos de lugares del país se resiste y a la vez se construyen proyectos autónomos de producción, de sostenibilidad de la ecología, de formas y medios para bien gobernarse y en común, de educación, cultura y salud, pensadas y ejercidas por y para los pueblos, comunidades y clases explotadas o discriminadas.

Pero las manifestaciones de lo que algunos llaman “contrapoder” o grupos marginales y contestatarios no terminan ahí, véanse a las bases de maestros y de trabajadores de salud que mucho antes de la Otra campaña llevan más de veinticinco años combatiendo el desmantelamiento de la educación, la salud y la seguridad social que tantos crímenes de Estado ha producido y del cual el más reciente de la guardería subrogada a compadres capitalistas del poder en Hermosillo es un ejemplo atroz.

Echar abajo las nuevas leyes del IMSS y del ISSSTE, detener la privatización de la educación, defender el servicio público para que no se subroguen servicios de los institutos de salud, frenar la especulación y puesta en venta de recursos que deben ser comunes como el agua, la biodiversidad, los bosques, y un gran etcétera son luchas en las que se construye poder desde abajo, sean o no de la Otra campaña son fuerzas reales y efectivas que resisten y se detienen el avance destructivo del capital y la entrega de la soberanía.

Si a veces han sido golpeadas tan duramente en su dirección y en su militancia como ocurrió en Atenco, consideramos que cuando hay un proceso de organización popu- lar auténtico, es decir de sus bases, no sólo de sus líderes, los movimientos retoman el paso, saben replegarse para reorganizar sus fuerzas. Así también ha sucedido en la APPO donde persiste la lucha, pero cada vez más responde a lo que un sector de las fuerzas ahí representadas ha sabido construir en municipios, organizaciones indígenas y campesinas, entre mujeres y grupos culturales. Incluso han evitado que se rompa o se manipule la APPO por quienes sólo tienen intereses electoreros como la UTE del FPR o gremialistas como el que manifestó en los hechos el traidor Rueda Pacheco junto con los que lo siguieron y lo dirigían.


5. Los movimientos sociales están cada uno en su lugar, con sus objetivos, mu- chos sufren la represión, pero más allá no se ve alguna propuesta que los haga más fuertes, al menos para que se defiendan de la represión, o para que no ma- ten a los dirigentes como pasó en Ayutla.

Lo que sucedió con los compañeros asesinados en Ayutla que fueron masacrados y torturados no es sino una muestra más de la impunidad cobijada desde el ejército federal de la actuación de fuerzas narcoparamiliatres (a los cuales ya se tiene ubicados y serán castigados) y que desde luego abre otro frente de combate de nuestro ERPI contra los narcoparamilitares esta siendo solucionado y mas temprano que tarde será definitivamente zanjado, aunque las muertes de Raúl Lucas Lucia y Manuel Ponce Rosas dejan un gran vacío en el valiente pueblo mixteco y me’phaa que deberán sustituirlos y darle continuidad a su gran trabajo organizativo, todo esto nos compromete aun mas a seguir luchando, a fortalecer la autodefensa armada y a combatir a los asesinos cobijados por el Estado mafioso mexicano.

Por lo que respondimos a tu pregunta anterior estimada Maribel, cuando se habla de que quien resiste sólo recibe represión y es obligado a pasar a la defensiva, se muestra una parte de la situación. Pues si vemos cómo en los ejemplos mencionados de Atenco y de la APPO o entre las viudas de Pasta de Conchos o en Chihuahua ante el feminicidio o en Morelos y Puebla con los maestros agredidos y en la mayoría de las normales rurales que resisten o entre los triquis o los me’pha y mixtecos de Ayutla, Guerrero o los pueblos indígenas zapatistas o los sobrevivientes de masacres como la de Acteal, todos se defienden como han aprendido a hacerlo de la represión, combaten la impunidad y a la guerra de baja intensidad y, aún más, construyen proyec- tos, se abren caminos que tienen presente y futuro, pues van más allá de dolerse por sus muchas víctimas y por su pobreza, creando poder popular rinden honor a sus caídos y se fortalecen dándonos el ejemplo.

6. En el panorama político nacional prevalecen la recesión económica, el des- empleo, el empobrecimiento de la gente ¿hay alguna salida a la pobreza?, ¿es imposible contrarrestar las políticas neoliberales?, en otros países de América Latina hay gobiernos de izquierda, ¿aquí pudo ser diferente con López Obrador?

Son dos preguntas diferentes: la crisis económica más fuerte que ha padecido el país en las últimas décadas se lleva como en toda crisis capitalista a la clase trabajadora y en el sentido más amplio al pueblo empobrecido a niveles de subsistencia que ponen en riesgo ya no sólo su empleo y salarios, pues el desempleo es galopante por el cierre de empresas y la caída de las inversiones que no ven su cuota de ganancia garantizada, ahora son afectados también su salud, la seguridad social, pensionados y jubilados pierden su derecho a la atención médicas, los niños y niñas ven el deterioro de escuelas y guarderías, los estudiantes y maestros de niveles superiores se enteran que los primeros recortes drásticos serán en las universidades y centros de educación media superior y superior, los normalistas que egresan no tienen plazas, los estudiantes de normal pierden sus becas, las mujeres que reciben remesas no pueden recibir oportunidades, y como ahora esas remesas se recortan pues en estados Unidos y Canadá la recesión o la deportación masiva afecta a los migrantes sin documentos, no tendrán nada. 

Así al empobrecimiento estructural de los campesinos y los pueblos indígenas que supone sumar un despojo tras otro de sus tierras y sus re- cursos, ahora se suma una oleada de pobreza en sentido opuesto: el regreso de los que se fueron o el no pago de sus deudas que pesarán sobre las que se quedan.

En estos hechos el asunto de la energía que se privatizó y extranjerizó, así sea limándole los filos a la iniciativa de Calderón para Pemex, con la participación en los debates camaraderiles que animaron los “gabinetes” de Cuauhtémoc-Chuchos y Andrés Manuel, deja en manos de un gobierno entreguista a los intereses del capital transnacional y financiero las fuentes de la recuperación del capital en el mismo sitio en donde sacó al capitalismo de las crisis anteriores el Estado: de la explotación redoblada de quienes tienen un trabajo activo con más obligaciones y menos derechos, con jornadas extensivas e intensas, con sueldos miserables, con mochadas en sus prestaciones, con autoritarismo. 

Pero eso sí con la repetida cantaleta de que hay que defender la empresa como fuente de empleo. Vean si no al ya casi diputado pluri- nominal del PRD Francisco Hernández Juárez, o al cínico vende plazas y represor de la oposición sindical, Valdemar Gutiérrez radial candidato panista que codirige la UNT. De estos salvadores no queremos, ya sea Carlos Slim, el Cardenal Rivera Carrere, ni siquiera la más eficaz y popular santa muerte.

Sólo el pueblo salva al pueblo.
Y ahora sí la segunda pregunta: ¿será que haya una salida de la crisis de la mano de empresarios “nacionalistas” de ocasión como los que conducen la política del ex metalúrgico Lula da Silva en Brasil? o que lo eficaz sea la fórmula de los neo financieros ex pinochetistas que se recuperan de la crisis con la Bachelet supuestamente socialista y muy anti mapuches y anti pingüinos. 

O el ejemplo de izquierda es del tipo del gobierno mediocre del ex frente amplista del Uruguay, la seudo peronista en Argentina, el acosador exobispo que gobierna Paraguay o el perseguidor de comunidades  y ecologistas como Correa. No, no vemos esa izquierda en el gobierno ni allá y menos vemos que eso representara un AMLO si se “hubiera” aceptado por las buenas su triunfo electoral en 2006 o si hubiera sido rebasado por la base y defendi- do con los métodos populares y no con la contención de la protesta popular y de la auto organización de las redes ciudadanas antes de que les impusieran lideres y or- ganizadores y hasta cuotas los del gobierno “legítimo” por medio del ya conocido método de la democracia de los 10 segundos sino es que menos “los que estén de acuerdo alcen la mano”. 

No, nosotros no vemos que la convocatoria de actos de “masas” como método, sea mejor que la movilización organizada, desde abajo y por la propia gente que reclama tanto por el voto defraudado como por la reforma energética la reforma a las pensiones, la crisis y la manera criminal como se la trata ante sus demandas para sortear la subsistencia. No decimos que hayan dejado de ser una fuerza política, peo no entenderíamos que alguien pueda considerar que tiene un proyecto y menos un método y estilos populares, de izquierda y menos desde abajo. El reclamo popular se canaliza por AMLO en los canales cuarteados de la democracia formal, desde arriba, con delegados que no escogió la base, con líderes de oca- sión, aunque algunos parezcan honestos y hasta valientes. 

Da vergüenza ajena enterarse, aunque lo comprendemos que la conducción de AMLO ha recibido felicita- ciones hasta de intelectuales de derecha como Enrique Krausse y Héctor Aguilar Camín porque ha amortiguado la expresión autónoma del pueblo y “evito” estallidos sociales.

Les ha de haber cautivado el ingenuo deslinde de López Obrador de la imagen de Hugo Chávez.

7. Creo que en México el signo de estos años es la violencia del narcotráfico, y creo que afecta a toda la población, no sólo a los directamente involucrados. Parece que es una fuerza muy poderosa, vinculada al poder político, que co- rrompe, que amenaza, que mata, y nadie puede hacer algo contra ella. Qué podrían comentar, cómo surge, por qué crece, hay críticas sobre la participa- ción del Ejército en el combate al narco, y porque no se ve un combate real.

Nuestra experiencia al respecto muestra que el narcotráfico es una de las ramas del capitalismo más rentables: si bien existe como fenómeno global y en México por lo menos desde la segunda mitad del siglo XX, actualmente forma parte del tejido de redes de poder en las que también están presentes dos de los principales enemigos de los pueblos el sector monopólico de la industria militar y el sector financiero, uno dotando de armamento a los cárteles y a los gobiernos que dicen combatirlo, como el de este “calderoncito valiente” de la publicidad panista. Por cierto que el Eliot Ness de la época de antes era subordinado como éste a los dictados del poder esta- dounidense, es su único parecido con éste Felipe Calderón así apodado por un bromista Barack Obama.

La fuerza del narco en México como lo han demostrado varios estudios estaba con- centrada en algunos estado como Sinaloa y Michoacán desde hace mucho, pero se extendió prácticamente a todo el país hizo visibles sus lazos con el poder político , así como sus conflictos, tan pronto desaparecieron los acuerdos de dejar hacer y dejar pasar que realizaban los gobiernos priístas y cuando el combate por dominar el creciente mercado mexicano, sin desplazar y ni siquiera compararse con el que sigue surtiendo a la sociedad estadounidense, digan lo que digan los órganos de inteligencia y seguridad del imperio.


Como bien observas es un fenómeno que ha permeado y afecta al conjunto de la po- blación, pero principalmente a sectores vulnerables como los campesinos pobres que son obligados a sembrarlo ya sea por la fuerza o por la grave necesidad económica, los jornaleros migrantes que son “levantados” secuestrados para su cosecha y los y las migrantes mexicanas así como de centro y sudamericanas que también son se- cuestradas para servir al trasiego como “camellos”, mulas o burras y demás nombres despectivos que se dan a sus tareas de pasar la droga del otro lado. 

Eso sin contar que sufren hombres y mujeres migrantes el acoso, la violación y hasta la trata de personas al servicio de esos grupos. Sin embargo, lo que cada vez es más notorio es que en cada uno de esos abusos participan o desde policías municipales, ministeria- les de los estados, soldados, agentes de migración y un sin numero de funcionarios menores y medios Que se encargan de subir a sus mandos y jefes el pago por sus servicios al narco poder de esos grupos.

Puede alguien decir como hace el gobierno y sus publicistas que el mal es el crimen organizado de esos cárteles y los demás grupos de delincuentes, y si uno le cree a sus engaños hasta piense que se está combatiendo a los policías, soldados, marines, funcionarios, alcaldes y oficiales de medio pelo. Y que es muy alto el número de capos encarcelados y hasta enviados a Estados Unidos a cumplir sus penas por sus crímenes. 

No obstante nada muestra que el estado mexicano y el estadounidense estén frenando el paso de la droga para el consumo de los gringos, ni el del arma- mento para los grupos locales; tampoco hay muestras de que se controle a los bancos y es sabida la fama mundial como lava dólares del First National City Bank que aquí compró en oferta al Banamex a Roberto Hernández, el amigo de presidentes y ex presidentes, un banquero conocido desde hace décadas como mafioso en la penínsu- la de Yucatán y de quien no puede esperase sino que sea parte del negocio.

Pero el golpe más duro del narco está siendo recibido por las y los jóvenes que sea como enganchados por el narco, o bien como consumidores de la droga y cómo per- seguidos favoritos de las policías y los soldados, están en continua tensión por la política del estado y por la fuerza de los narcos.

En otros países se han intentado respuestas populares a este fenómeno y las que me- jor funcionan tienen que ver con procesos de lucha por hacer crecer los territorios autónomos de las comunidades indígenas, la autoprotección de esas comunidades ante las “guerras al narco” que lo mismo atacan a las poblaciones que depredan los cultivos básicos y la naturaleza con el rocío de venenos que por cierto no caen sobre los sembradíos de la droga , sino sobre las tierras cultivadas por los campesinos, en Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia hay esas expresiones. 

Son tan sólidas como las políticas de las comunidades con bases zapatistas en Chiapas o los grupos donde ha crecido la vigilancia comunitaria y donde se prohíbe el alcohol, la droga y no sólo como consumo, sino como siembra, entrada o paso.

 Pero eso no se dice. Tampoco de los esfuerzos de autodefensa educativa psicológica y jurídica de jóvenes adictos en las ciudades, mas allá del manipuleo de los partidos y del gobierno y con base en redes de organización no gubernamental. Pero no hay duda que en lo que más débil se está es en la violencia desatada por fuerzas gubernamentales y de todos los cárteles. 

La misma deserción en el ejército mexicano de decenas de miles de efectivos en gran parte muestra hasta dónde se les encadena voluntariamente o no al servicio de los narcos, bien cómo se les teme a ellos, pues se sabe están protegidos por sus jefes; y ni se diga las policías. En términos estrictamente militares, se habla mucho pero el ejército realmente no persigue ni a las ex fuerzas especiales que están con los pelo- nes del Chapo, ni a los ex kaibiles y ex SIEDO y pefepes que reclutan los zetas del cártel del Golfo. 

La impunidad en el norte ya era notoria, pero ahora se ve en Jalis- co, en Michoacán en Guerrero y en Oaxaca. ¿Puede acaso levantarse el kepí Felipe Calderón como jefe máximo de la guerra al narco si los narcopanistas de Guanajuato y de Nuevo león son parte de los gobiernos? No hemos visto manos limpias en el usurpador sino azules de drogas y rojas de sangre.
Pero la cosa no acaba ahí con el llamado Plan Mérida, verdadero Plan México como el plan Colombia se imponen una lista de agravios a la soberanía nacional y a los derechos civiles y políticos de la población: los órganos de seguridad estadounidenses intervienen ya no sólo en el sello de fronteras que no sea el permitido por la DEA a sus cárteles. 

Ahora financian el armamento de las fuerzas represivas mexica- nas, revisan las listas de policías y mandos militares de su confianza, cambian las leyes y códigos penales, permiten la intervención de teléfonos, el Internet y el allanamiento de casas, el arraigo por meses de detenidos y un listado grande de actos de la peor violencia como las ejecuciones extrajudiciales con el sólo argumento de que se trata de delincuentes y redes del crimen organizado. Pero a quienes vemos caer en sus manos, si no es a luchadores sociales, a comunidades intervenidas, sitiadas, despojadas . ¿Acaso no es México ya uno de los dos países del mundo con más periodistas asesinados que son por cierto en muchos casos asesinados o desaparecidos por denunciar contubernios entre el narco y los gobiernos de todos los partidos?

8. Aquí en una entrevista Omar Guerrero dijo que el gobierno de Felipe Calderón y el de Zeferino Torreblanca protegen al Chapo Guzmán, qué podrían agregar, tienen información determinada o es con base en la lógica o lo que se observa de la información que se publica. Frente a estos problemas de la vio- lencia del narcotráfico y las políticas del gobierno, y los afectados por esas políticas, cuál es la propuesta de su organización.

Nosotros hemos emitido en un anterior comunicado y en sus anexos documentados nuestra posición contra esta mafia narco gobernante, en disputa entre ellos, si, pero primero en disputa contra el pueblo y principalmente contra luchadores sociales, comunidades y organizaciones que resisten a este empeorado estado de cosas. Tam- bién hemos dicho que la autodefensa del pueblo tendrá que ejercerse como protec- ción y castigo a los criminales con placa oficial o con placa del narco que atenten contra la población. 
Pero cuidado con mal interpretar esto no ha sido una declara- ción mediática, sino un ejercicio que viene de lo que nos plantean las comunidades y organizaciones afectadas por la violencia y la impunidad de esta forma cada vez más clara de terror de Estado que se vive. El repudio al plan México que militariza y su- bordina a las fuerzas militares y policíacas al plan estadounidense es otra consigna que surgió de las voces populares. Si ahora viene periodistas a sueldo de esa estrate- gia de terror de estado como Jorge Fernández Menéndez a acusar a organizaciones insurgentes como la nuestra o a organizaciones indígenas o sociales como ligadas al crimen organizado, no sólo miente, sino que se suma como fuerza de manipulación del Estado con un largo historial contrainsurgente desde que sirvió a órganos de la dictadura argentina. La amistad entre asesinos y perseguidores de las organizaciones del pueblo como Calderón y Uribe no sólo es parte de una cofradía de ultraderecha, que lo son, sino que son sirvientes de la estrategia del Estado yanqui para detener el avance de los pueblos en el continente por la construcción de una sociedad sin la enajenación y el de la destrucción que propician esos negocios del capital transnacional .

La decisión del Chapo Guzmán de financiar columnas paramilitares en la comunidad del Carrizal en la sierra de Guerrero tuvo que ver con los intereses de Rogaciano Alba, Zeferino Torreblanca, Erit Montufar por mencionar solo a tres, con la confesa intención de combatir a nuestros compañeros pues fueron perdiendo el control de la sierra dado el avance de la autodefensa popular en la zona de Tierra Caliente y Peta- tlan. Mala decisión sr. Chapo pues atentar contra el pueblo se castiga, ¿ya no se acuerda que usted fue hijo de campesino rudo? Como usted lo llego a comentar a algunas personas así también como cuales eran sus intereses económicos y quienes le lavaban el dinero. Nosotros respetamos a quienes nos respetan y ustedes no lo han hecho. Esto mismo se viene gestando desde hace tiempo en la región de Ayutla, Te- coanapa, Tierra Colorada, Xaltianguis, y Cruz Grande pues operan con toda impuni- dad con la complacencia del ejército federal y policías.

Lo que proponemos por el momento es la autodefensa integral no permitir que se destruya el tejido social, y no permitir el avance de esta lacra, Ya en el plano general será necesario tomar una decisión acerca de si la legalización y control de las drogas así como la sustitución de cultivos puedan tener resultados pero eso solo lo vemos en otra clase de gobierno y no en estos que participan del negocio y que solo comba- ten a un cartel y protegen a otro, esta ha sido la historia de todos los sexenios presi- denciales en México desde hace ya buen rato.

9. Cuál es la característica de su organización, cómo se plantean desarrollar en este momento la lucha armada, dónde, cómo.
Como hemos mencionado reiteradamente nuestro trabajo es fundamentalmente de masas es decir, con las comunidades insurgentes, la lucha armada revolucionaria se ejerce cuando ya no cabe mas la política y la tolerancia contra enemigos del pueblo sea a nivel local, municipal, estatal o federal. Hemos ejercitado la legitima autode- fensa armada donde ha sido necesario de manera continua y sistemática aunque no siempre la reivindiquemos por razones tácticas y que últimamente van desde la em- boscada a fuerzas de la PFP como a intereses económicos del narco o de sus empre- sas lavadoras de dinero como las taladoras de árboles, como de construcción de ca- rreteras al servicio de políticos como la familia Torreblanca Y ni que decir mas en contra individuos militantes de organismos narcoparamilitares.

10. Creo que en este momento hay combates probablemente de una columna con el Ejército en la sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, y se reconocen otras de la misma columna en 2007. (Esas preguntas van a ir en la lista para la dirección estatal). Pero las últimas acciones armadas reconocidas públicamente parece que son de 1999. En realidad ¿su organización ha tenido actividades armadas en estos años; que repercusiones han tenido, y si puede decir cuáles son en concreto.

(Con respecto a los enfrentamientos cerca de las comunidades de las Ollas y Las Palancas ya se envió un comunicado estatal así como las respuestas resumidas a tu cuestionario también estatal). Lo sucedido en la sierra de Coyuca de Catalán y Petatlán  como parte de la búsqueda para el aniquilamiento de una columna guerrillera que recientemente dio una entrevista a medios de comunicación ha sido un entero fracaso desde el punto de vista político y militar para los gobiernos estatal y federal pues las comunidades resisten y la estructura militar insurgente se mantiene indemne (aunque nunca se debe estar tan confiado de que no podamos ser golpeados).

El reconocimiento de acciones armadas de nuestro ERPI se va dando a conocer en su momento cuando se valora necesario hacerlo, pero la actividad militar contra de- latores, orejas del ejército, caciques y enemigos del pueblo no se detiene, las accio- nes contra policías o ejercito pues son de mayor resonancia y casi siempre las hemos reconocido. Nuestra actividad militar no esta en la lógica de las treguas militares pues los enemigos del pueblo no descansan ni dan tregua alguna. Durante todo este tiempo hemos denunciado desapariciones, asesinatos y crímenes de Estado sobre todo cuando se ha tratado de militantes nuestros, las asumimos como parte de la lu- cha y en el entendido de que los gobiernos nunca harán nada, y por aclarar la verdad histórica. Algún día llegara para poder enunciar todo lo que se ha hecho y se seguirá haciendo a veces en el silencio.

11. Se habla de que el Estado desarrolla contra los movimientos insurgentes una guerra de baja intensidad, todavía, en algunos lugares se utiliza la presen- cia de la guerrilla como pretexto para perseguir y reprimir a los movimientos sociales, y éstos no se pueden defender. Entonces ¿es válido que se den estos movimientos armados que tienen consecuencias represivas para otros?


La existencia de movimientos insurgentes se da precisamente ante la necesidad de organización política primero y militar después, en ocasiones simultáneamente, cuando en la población se va generando el descontento ante la pobreza, la falta de democracia, el hambre, la inseguridad, la impunidad y la burla que los gobiernos y partidos políticos hacen de la gente pobre, la represión no viene de la existencia de la insurgencia pues la violencia social y política siempre ha venido del poder desde los caciques hasta de los partidos políticos y gobernantes. 

Cuando hay presencia insurgente y es detectada el Estado reacciona y reprime para tratar de desalentar el proceso de organización del pueblo pero en la mayoría de las ocasiones tiene preci- samente el efecto contrario y se deviene en una mayor incorporación de personas a la lucha. En nuestra concepción, nuestro método de construcción en las masas, debe darse a las comunidades insurgentes el principal protagonismo y subordinar a la es- tructura militar a los intereses populares y por lo tanto la toma de decisiones asu- miéndose los éxitos y los fracasos. No se trata de organizar al pueblo para que lo golpeen sino para que aprenda a defenderse en todos los aspectos nuestra organiza- ción no esta superpuesta al pueblo, somos parte de el.

12. Dos de sus principales dirigentes están en la cárcel, el comandante Antonio y la coronela Aurora. Parece que legalmente podrían salir pronto. Nos podría hablar de la represión contra el ERPI, los hechos principales, sus presos además de los dos dirigentes. También, si nos pueden hablar de los muertos, desaparecidos, ejecutados, perseguidos, ¿Cuál es su conclusión de esta historia de represión?
Los compañeros Antonio y Aurora son de un alto valor político e histórico para nuestra organización y esto lo sabe el Estado mafioso por lo que afirmamos los tiene como rehenes, intentando con ello que nuestro ERPI se disuada de ejecutar acciones político-militares, pues cuando estas se realizan a los compañeros los hostigan mas fuerte dentro de la cárcel ellos resisten como es su deber revolucionario, han realiza- do un trabajo político y social intenso creando un buen prestigio de sus personas acercando un gran apoyo nacional e internacional que exigen su liberación, ante un proceso judicial viciado han podido articular una defensa de sus casos que ya los debía tener libres a lo que el poder se niega pero no podrá hacerlo por mucho tiempo mas a menos que rompan las formas y se nieguen a liberarlos creándoles nuevas e inventadas culpas. Ellos participan en una nueva trinchera de lucha que esta dentro de la legalidad y desde que fueron capturados ellos y nosotros asumimos con dolor que ya no compartiríamos la dirección de este proyecto quedándonos con sus pesa- das mochilas ahora en nuestros hombros y con la responsabilidad de echar adelante este proyecto aun a pesar de las serias dificultades que pasamos tras su captura. 

Después de la masacre del Charco, la detención de los compañeros ha sido el golpe más importante que hemos sufrido. Hemos tenido otros compañeros detenidos algu- nos por una clara motivación política y otros que han sido capturados como presos comunes sin confesar su militancia cosa que les ha permitido salir en libertad mas pronto o alcanzar penas mas cortas, pues a los presos políticos en México se les cas- tiga por cometer el mayor delito según el Estado: LA REBELDIA alargándoles los procesos, viciándolos e inventándoles nuevos cargos para que no puedan salir a or- ganizar a su pueblo. Los únicos compañeros que han aceptado en su proceso ser par- te del ERPI son Antonio y Aurora y por esa misma razón no podemos decir quienes mas también lo son.

Los desaparecidos, los asesinados, los perseguidos y las bajas en combate que hemos tenido no dista de la que tienen los organismos de derechos humanos no gu- bernamentales, pero la reivindicación de todos los compañeros no depende solo de nosotros sino de las familias y comunidades a las que pertenecen precisamente para no traer consecuencias represivas o nuevos golpes a nuestra estructura. Ya llegara el momento que esto se pueda hacer, pero antes, hoy y siempre: la lucha por la presen- tación de los desaparecidos es una lucha sin siglas ni si son de la insurgencia o no es sencillamente la lucha contra la impunidad que se vive en nuestro país y que cual- quier ciudadano puede padecer.
Si se puede decir con quién o quiénes es la entrevista sería mejor, y si alguno o alguna responde algo específico decir quién es.
Estimada Maribel, desde hace tiempo la dirección del ERPI se amplio con nuevos compañeros, aparte de los que estaban al frente en el momento de su fundación (con la lógica excepción de Antonio y Aurora) y por razones de seguridad no se ha dado a conocer quienes la conforman por lo que lamentamos no poder complacerte.
Gracias y fuertes saludos valiente Maribel.
¡CON EL PODER POPULAR, EL PUEBLO UNIDO VENCERA!
Dirección Nacional del ERPI
República Mexicana a 18 de junio del 2009.
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Centro de Documentación de los Movimientos Armados 

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